jueves, 27 de diciembre de 2007

Un ejercicio simple

Anoche hice un ejercicio que seguramente vuelva a repetir seguido porque me sirvió mucho.
Me sirvió para darme cuenta de cosas a las que quizá no le doy mucha importancia pero que influyen en mi comportamiento diario.

1. Hice una lista de cosas que "Debería". Sí, por ejemplo debería tener un trabajo fijo, entre otras.

2. Hice una lista de "Por qué?". Claro, por qué debería hacer tal y tal cosa. En este ejemplo, "porque necesito independizarme y crecer".

3. En este paso entendí que los "debería" generalmente son imposiciones de otras personas, imposiciones de la sociedad, esta relacionado con como te ven los demás y no con lo que uno verdaderamente siente o quiere de verdad. Así que cambie el "debería" por un "si de verdad quisiera podría..."
Así que en este ejemplo mi frase quedó "Si de verdad quisiera podría tener un trabajo fijo".

4. Entonces claro, vino la pregunta lógica a esa frase..."si de verdad quisiera podría..." "entonces por qué no lo he hecho?".
Fue muy fuerte darme cuenta de la cantidad de miedos que tengo y que me paralizan en mi vida diaria. No sólo relacionados a ese ítem de la lista sino a todos los demás! "miedo a que me mire con cara rara" "miedo al fracaso" "miedo a no poder" "miedo a que piensen mal de mi" "miedo a desilusión" creo que hasta también podría poner "miedo al éxito" "miedo a que todo realmente salga bien y como quiero". Miedos que al final de cuentas me llevan a no tener nada de lo que quiero por miedo!
Así de fuerte como liberador....estaba en el comienzo de mi limpieza mental, limpieza que recién comienza y no sé cuando termina....

Este trabajo sencillo, que no termina acá, me parece una manera fácil de darnos cuenta de que a veces tenemos un montón de miedos infundados, pensamientos que son ajenos y que se nos apegaron con el correr de los años, por la sociedad, por la gente, por lo que sea.
Cuando éramos bebes, si queríamos gritar, gritábamos, si queríamos reírnos, nos reíamos. Simplemente hacíamos, vivíamos ese momento...entonces que pasó después?


4 comentarios:

Signaturio dijo...

No trabajes, es lo más lindo que te puede pasar. Sólo se necesita llenar el tiempo con entretenimientos. Y alguien que ayude un poco, claro.

Anahí dijo...

:) es que yo necesito hacerlo! Quiero vivir la experiencia de ir todos los días a un mismo lugar a trabajar. Hace tiempo que tengo curiosidad. Es raro.

Signaturio dijo...

Excelentísima persona,

Entregate entonces a la experiencia. Es natural que eso quieras.

Con relación a los relatos que publico, la mayoría son verídicos, pero no todos -al menos no en su totalidad-, algunos pocos tienes fragmentos ficticios.

El del error sucedió hace muy poco tiempo. Cuando le avisé al hombre, quien padecía de severos problemas cardíacos, casí se me muere al teléfono. Un grito desgarrador fue lo último que escuché en esa conversación. Esa noche dormí muy poco. Al día siguiente me enteré de que el hombre había tenido un infarto y que había estado tentando a la muerte.

Eso sí, no pienso decirte cuál fue el error. Por alguna caprichosa razón no lo describí tampoco en el texto. Pero no por la vergüenza del cometido en sí mismo, sino más bien por otro motivo insospechable.


Saludos

Puchi dijo...

Salgo corriendo a comprar papel. Unas cuantas hojas tamaño A3 pueden llegar a alcanzar.....